La primera exposición habla sobre el habitar de nuevo, el volver a habitar, a reestrenar, considerando que habitar contiene todos los usos de la arquitectura. En esta primera muestra se propone devolver la utilidad a una parte importante del parque edificado que es aún capaz de ofrecer viviendas necesarias para el alojamiento digno de los ciudadanos.
Ambos temas se muestran conjuntamente en el exterior de Arquerías.
En fuera de lugar, se invita a modificar la estructura dominante de uso, en la que la sala de estar tenga predominio sobre el resto de las estancias de la casas. Las zonas de día y de noche son las que marcan el uso de la casa, cualquier cambio que modifique este concepto puede cambiar hasta el hábito de vida.
Ambas temáticas se muestran conjuntamente en el exterior de las Arquerías.
Entrar por el balcón muestra las diferentes opciones de reparación como forma de mejora en las viviendas. Un ascensor en viviendas que no tenían medios mecánicos de acceso nos lleva a que el objeto reparado sea mejor, tenga más prestaciones e incluso supere a aquellos que ya han subsanado el problema de origen.
En abandono y oportunidad se propone la observación de los edificios desocupados, bien por antigüedad o por no llegarse a completar su construcción, “inacabados” y en claro estado de abandono. Son oportunidades que permiten revitalizar la ciudad desde el interior, y que analizan las diferentes alternativas al derribo o incorporando nuevos usos que cuestionan operaciones novedosas para su reactivación.
Entrar por el balcón y abandono y oportunidad se muestran conjuntamente en el exterior de las Arquerías.
La última de las exposiciones, mudanzas, se concibe como un estado de ánimo, una revisión, un balance e inventario, primero de la casa y, como colofón, de nuestra vida. Todo objeto embalado es una promesa de cambio respecto a lo vivido, un renacer al futuro.
Con esta exposición se finaliza el estudio y se da paso al inicio del proceso cerrando el círculo propuesto de investigación.